Si ubicas en algún diccionario el significado de la palabra experta, comienzas a entender mucho mejor que esta cualidad sobre asuntos eróticos nada tiene que ver con pornografía, malas costumbres o cualquier otra grosería que asocies libremente con estos términos. Dicen por ahí, que experta es una persona que es muy hábil o tiene gran experiencia en un trabajo o actividad; también es alguien que tiene muchos conocimientos en una materia. Así que hoy te invito a pulir las técnicas que ya dominas para estimular el pene, porque para muchos hombres representa el verdadero epicentro del placer.
Con las manos: procura calentarlas antes de comenzar a tocar su piel, puedes aplicarte algún aceite, lubricante y hasta crema corporal (siempre y cuando eviten la penetración luego del juego); comunícale tu intención de consentirlo, y déjate llevar por sus instrucciones y sugerencias en cuanto a la presión y movimiento que él prefiera. Luego, cuando sientas que tu mano comienza a fatigarse y falta camino por recorrer… involucra ambas manos para masajear al mismo tiempo la base del pene, el glande, y hasta los testículos.
No temas bajar la velocidad del movimiento, la clave es mantenerlo estimulado; y variando el roce permites que tus manos descansen, para continuar la faena el tiempo que sea necesario.
Durante la penetración: sujeta el pene erecto y varía el típico movimiento de la penetración adentro-afuera por círculos dedicados en la entrada de la vagina. También, puedes dejarlo que tome el control del vaivén, invitándolo a intercalar el movimiento con pausas que te permitan contraer y relajar los músculos de tu vagina mientras los genitales están bien acoplados.
En una sesión de amor oral: recuerda que puedes besar, morder y estimularlo durante la fase de reposo y hasta que alcance la plenitud de la erección. Puedes saborear algún caramelo o bebida (de venta exclusiva en sexshops) para estimular el pene ofreciendo un extra de sensación burbujeante. Puedes combinar también el juego de las manos (que te sugerí al principio) mientras dedicas tu boca para la estimulación de su zona más sensible que es justamente el glande.
Y si te animas a probar estimular su pene con tus senos, recuerda que la intención es rozar y abrazarlo con tu pecho, independientemente del tamaño; si por alguna razón te avergüenza destacar esta zona de tu cuerpo, exhibe tu mejor modelo de ropa interior, apaga la luz, o véndale los ojos para evitar distraer tu atención en estos detalles.
Por: Amor Antúnez
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