Vida

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martes, 28 de junio de 2016

Duchas vaginales: sí, no, o muy de vez en cuando?

El debate sobre el beneficio y los efectos secundarios de las duchas vaginales para nuestra salud sexual se mantiene latente hasta la fecha. Quienes están a favor plantean que sirven como ningún otro hábito y producto de limpieza íntima para garantizar una adecuada higiene del genital; porque además del líquido per se, llega a lugares que el agua y jabón jamás alcanzarían.
Por otro lado, los profesionales de la salud que se oponen a su uso plantean que nuestro cuerpo posee funciones naturales de auto limpieza, y además especifican que en algunas personas estos líquidos pueden alterar el PH natural del genital; generando malestar, síntomas y hasta infecciones por el desequilibrio que genera el producto en nuestro delicado “ecosistema”.
Entonces, si decides probarlo o instaurarlo como un hábito (de la mano de la consulta al ginecólogo, mejores prendas de ropa interior, etc…) lo mejor sería verificar con tu médico el beneficio o posibles resultados adversos de acuerdo a tu historia de vida en términos de salud, actividades cotidianas y, por supuesto, singularidades de tu actividad sexual.
En términos generales quisiera repasar varias ideas; en primer lugar las duchas vaginales no sirven como método anticonceptivo, ni complementan el efecto de otro (esto es solo un mito); en segundo lugar, genuinamente el cuerpo es capaz de limpiarse de forma natural cada día, con la secreción de fluidos que cambia a lo largo del ciclo menstrual. Y finalmente nada mejor que mantener buenos hábitos de higiene diario, un poco más dedicado los días de menstruación, y sobre todo antes y después de la actividad sexual.
Sin embargo, si formas parte del grupo de mujeres que padece de manera recurrente infecciones vaginales o del tracto urinario, conversa con tu médico más allá de eliminar el síntoma, para entender si la atención extra la debemos colocar en la zona genital (con el dispensador de la ducha en mano), o más bien amerita enfocar la atención hacia otro órgano o parte del cuerpo que origina, mantiene y potencia el malestar.
Por último, para el grupo de mujeres más obsesivas con la idea de retirar el semen del interior de su cuerpo, las invito a relajarse “literalmente”, porque una vez relajas los músculos del interior de la vagina, por efecto de la gravedad cualquier líquido extra puede salir del interior del genital una vez que te levantes; y a la hora de la ducha basta el remate del enjuague con agua fresca y jabón, que bien puede ser íntimo y dedicado a la zona para garantizar una impecable rutina de aseo personal.

Por: @amorantunez

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