Vida

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viernes, 17 de junio de 2016

Tu FELICIDAD es real o virtual???? Afectos y seguidores no son lo mismo!

¿Cuántas veces hemos dejado de visitar o llamar a un familiar por estar pendiente a través de redes sociales de cuál champú o qué pintura de uñas usó una desconocida? ¿Por qué confundimos seguidores con afectos? ¿Por qué dedicarles más tiempo y atención a personas desconocidas que a tu familia y amigos?
Bueno, aquí algunas respuestas…
La búsqueda de la felicidad es una historia más vieja que Matusalén, y la interpretación del término “felicidad” es un cuento aún más largo. Los más “rosados” viven en busca de la felicidad y otros más escépticos dudan que la “felicidad como tal” exista.
Otros más filosóficos dicen que no hay camino a la felicidad, que felicidad es recorrer el camino… Sin embargo la tecnología ha gestado otro grupo de personas: ¡Los virtualmente felices! El término “virtual” se utiliza para describir algo que NO ES real, pero PARECE real…

Perfil de algunas personas “virtualmente felices”:
  • Ponen en su perfil de redes sociales una foto de cuando tenían 10 kilos y 10 años menos.
  • Van a lugares que no les interesan solo para que los vean con gente “in”.
  • Toman fotos de todo lo que hacen, todo lo que comen y todo lo que ven para mostrarles a todos lo divertida y completa que son sus vidas.
  • Tienen problemas para socializar y tener pareja pero desvían esa carencia acumulando seguidores en las redes sociales.
  • Gastan gran parte de su dinero en ropa y accesorios que puedan conferirles cierto status “virtual”.
  • Por lo general, no están casados, ni tienen hijos y afirman que no nacieron para el compromiso.
  • No han logrado conseguir un trabajo estable pero se definen como “independientes” que trabajan desde la comodidad de su casa.
  • Son adictos a las redes sociales y a los juegos de video.
  • Culpabilizan a la situación del país, a sus padres o a sus amigos de todos los logros no alcanzados.
La búsqueda de la felicidad, o de momentos felices, es un derecho y un deber.
El miedo, la incertidumbre, la edad, la condición socioeconómica o la situación política no son barreras para ostentar y ¡merecer felicidad!
No importa si la grama del vecino parece más verde o qué piensa el vecino de tu grama, tu deber es ¡apreciar, valorar y cuidar lo tuyo!
Mucho más sabroso que PARECER feliz es ¡SER FELIZ!
Por: @MarianRieber

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